Quiero compartir con vosotros una reflexión personal: ¿dónde está el límite del turismo (definición, actividad económica, formación, etc? ¿existe?
El turismo es una actividad turística (y económica) de carácter transversal y multidisciplinar. Es por ello que se hace muy difícil definir turismo; al final, se recurre a la definición propuesta por la OMT en algún año. Con respecto a la clasificación de tipologías de turismo, tampoco es que exista alguna normalizada. Pensemos por ejemplo: existen distintas tipologías de turismo según el territorio en el que se desarrolla la actividad: turismo de litoral, turismo rural, turismo urbano; según las motivaciones de la demanda (de los turistas), y aquí empieza el problema: turismo deportivo y turismo de eventos; turismo idiomático y turismo de estudios; turismo religioso y turismo espiritual, entre otros.
Pero existe otro problema mayor: que para poder tomar decisiones acertadas (tanto empresariales como de gestión de destinos), debemos conocer la demanda; y para ello es necesario conocer una serie de datos que en muchos casos no existen, y en otros muchos casos existen pero no son accesibles, muy típico en Galicia. Ello se debe, a que la actividad turística provoca una serie de impactos (económicos, socioculturales y ambientales) que se pueden medir a través de una serie de indicadores, pero no son nada fáciles de determinar… y debemos trabajar con supuestos.
Con este panorama, nos podemos preguntar ¿qué formación debe tener un profesional del turismo? Debe entender de economía, finanzas, ordenación, promoción, comunicación, planificación, gestión, geografía, actividades deportivas, guías de turismo, etc. Debe hablar idiomas, dominar las TIC’s; contar con una serie de destrezas… Igual aquí nos puede ayudar Paula Moreno… 😉
Es decir, que cuando una persona termina la carrera de turismo (TEAT, diplomatura o grado) puede pensar que ya está; que ya somos unos profesionales del turismo. Pero luego te das cuenta que no es así; entonces te planteas hacer un máster y te crees que luego, ya serás un profesional del turismo. Pero no, cuando terminas te das cuenta de que no, que sigue faltando algo. Entonces haces cursos y cursos de formación que complementen, creyendo que así serás todo un experto en turismo. Un buen día una persona te comenta si piensas hacer el máster de turismo “X” y tu respuesta es contundente: ¿otro? Pero cuando lees detenidamente el programa de ese máster de turismo “X” te das cuenta de que hay disciplinas en las que aún no te has formado. Entonces, serás un profesional, pero no un experto en turismo. Y tocará volver a estudiar. Lo mismo, si es que llevas muchos años de tu vida trabajando en el sector. Uno puede pensar que ya es suficiente con estar en contacto día a día con la actividad turística, pero NO.
Con todo este guión, quería llegar a una conclusión: no es suficiente con terminar los estudios de turismo o llevar años y años trabajando en el sector; uno debe estar al día de todo lo que sucede en el sector; y seguir formándote eternamente… para poder ser un profesional del turismo al día. Siempre existirá una nueva disciplina sobre la que no habrás estudiado nada; o aparecerá un nuevo tipo de turismo, o se producirá un cambio importante en el sector que obliga a reciclarte. Como me ha pasado recientemente, encontrarme con el tema de “turismo y movilidad” ¿? A cuadros me he quedado… ¿queréis saber lo que es? ¡Seguid el enlace!
Eso es lo malo pero también lo bueno, lo bonito del turismo: que es un sector en continuo cambio y los que trabajamos en él, debemos hacer lo mismo: estar en continuo cambio. Luego, cualquier persona habla de turismo; podrá hacerlo como turista, pero no como profesional de turismo. Apoyo este post con la imagen de una academia de inglés, porque el hecho de desenvolverse en ese idioma no es necesario, es una obligación para los que trabajamos en este sector.
Y termino como empezaba: ¿existen límites en el turismo? ¿ocurre lo mismo en otros sectores? Os dejo con una foto infantil, para alegrar un poco el post.
¡Hasta el próximo latexo!
