Llevaba tiempo queriendo escribir sobre la importancia de las visitas guiadas. Tras comprobar la gran cantidad de visitas guiadas que se han llevado a cabo los días de Semana Santa, me ha parecido una buena ocasión para tratar el tema.
En mi último post hacía referencia a la importancia de las personas, del factor humano. Estoy de acuerdo con que es muy cómodo utilizar audioguías para realizar visitas, y más aún si lo que escuchas no es la descripción habitual del lugar, sino que tiene algún añadido importante, están personalizadas de alguna manera, tal y como lo hacen empresas como Cool Touring.
Aun así, considero de vital importancia las visitas guiadas por un guía, por una persona. Para mí personalmente, no es lo mismo visitar un museo, un monumento, o hacer una ruta con guía o audioguía que hacerlo por tu cuenta. Sin ir más lejos, este sábado pasado he visitado por un lado, la II Exposición de la Camelia y el Museo de las Peregrinaciones y de Santiago en Santiago de Compostela. La exposición de la Camelia, no necesitaba ningún tipo de guía: con ver las camelias y las etiquetas ha sido suficiente. En cambio, en al Museo de las Peregrinaciones y de Santiago la historia cambió, y mucho. Nada más entrar, nos encontramos con una sala con una gran maqueta de la Catedral de Santiago y con unos textos tan amplios y específicos que sacaban las ganas de leer. En ese momento ya nos dimos cuenta que hacer la visita sin guía había sido un error. En la segunda sala, la cosa cambió, pues nos encontramos con dos pantallas interactivas en las que se podía consultar la información. En la siguiente planta, nos encontramos con una sala prácticamente vacía con cuadros colgados sin ningún tipo de etiqueta ni pie de foto, había que adivinar todo (¡qué bien!) Y para terminar, al final, se encuentra uno con cuadros sobre la evolución de la ciudad con pie de foto (¡bien!); para nosotras lo mejor del museo junto con las vistas de los ventanales de la última planta (se pueden apreciar en la primera foto). Desde mi punto de vista, dos visitas, dos situaciones opuestas.
Por ello, me alegra ver iniciativas del tipo: Visitas guiadas a la ciudad “X” por un guía especializado. Y es que como decía un día una compañera, los turistas no son solamente los que vienen de fuera de Galicia. Si yo resido en Santiago de Compostela, por ejemplo, y me voy a pasar el día a Vigo o incluso a Noia, seré visitante por ese día, y como tal, buscaré ofertas en esa localidad que me puedan resultar interesantes. Y más, si cae una Semana Santa como la que hemos tenido, pasada por agua en la que el sol y la playa no es una opción. Pues parece que este mensaje se empieza a entender, y cada vez se realizan más visitas guiadas en las ciudades de Galicia. También me ha gustado algún comentario de algunas personas en la línea de: “no hay excusa para no hacer visitas”, o “será por visitas guiadas estos días de Semana Santa”. ¡Enhorabuena! – he pensado. ¡Hay oferta!
Como señalaba en el post anterior, creo que el equilibrio, la combinación. Una opción sería realizar visitas guiadas a ciertas horas, y luego disponer de audioguías. O cualquier otra opción similar. Pero siempre sin perder de vista el “toque humano”, la autenticidad, la originalidad.