Esta semana quiero hacer un llamamiento a la reflexión con motivo de la celebración del Día Internacional de la violencia contra la mujer. No voy a hablar de ese tema, simplemente voy a plantear unas cuestiones relacionadas con la “igualdad de sexos” en la empresa privada del sector turístico para que meditemos. No puedo avalar la información con estadísticas, ni con datos objetivos, pues no dispongo de ellos; y solicitarlos a algún organismo sería una pérdida de tiempo. Pero tampoco los considero imprescindibles, porque todos podemos ver la situación que nos rodea. Os propongo un ejercicio.
Para empezar, me gustaría que pensásemos en cuántas mujeres de nuestro entorno trabajan como directivas o altos cargos en empresas privadas del sector turístico. Unas cuantas, responderéis. Ahora, pensemos en cuántas de ellas no son autónomas. Unas cuantas menos. Pensemos ahora en cuántas no tienen ninguna relación afectiva o familiar con los propietarios; bastantes menos. Ahora hagamos el ejercicio contrario. Cuántos hombres de nuestro entorno trabajan como directivos o altos cargos en empresas privadas del sector turístico: muchos. Cuántos de ellos no son autónomos: unos cuantos menos. Cuántos de los que quedan no tienen ninguna relación afectiva ni familiar con los propietarios: muchos.
Volvemos a la mujer. Cuántas de las mujeres que trabajan en algún puesto de responsabilidad hacen el trabajo del día a día en su casa (el término ama de casa no me parece apropiado en este contexto): muchas. ¿Cuántos hombres que trabajan en algún puesto de responsabilidad conocéis que hagan el trabajo del día a día en su casa? Vale, más fácil. ¿Cuánto “ayudan” en las tareas domésticos? Algunos. ¿Cuántas de esas mujeres ejercen como madres? ¿Cuántos de esos hombres ejercen como padres? No digo “son” porque aquí sí que hay muchas y muchos…
Bien, ya podemos reflexionar. ¿Creéis de verdad que existe igualdad de sexos en los puestos de trabajo de dirección, de mando en el sector turístico? Alguno de vosotros dirá que sí. Vale, lo acepto. Entonces, ¿por qué cada vez existen más asociaciones que tienen por objetivo la defensa de los intereses de las mujeres en distintos ámbitos tales como la “Asociación de Ejecutivas de Galicia” o la Asociación de Empresarias de Galicia, ¿Conocéis alguna plataforma que sea Asociación exclusiva para el género masculino? Desde mi punto de vista, si se siguen creando asociaciones de este tipo, es porque hay demanda y son necesarias. En mi opinión nos queda mucho pero mucho que pelear y defender nuestros derechos como mujeres en el terreno laboral. Hay muchas empresas que siguen prefiriendo hombres en los puestos de mando y dirección que en la mayoría de los casos con tener la formación solicitada es suficiente. Para considerar a una mujer en esos puestos, preferiblemente debe ser soltera, sin compromiso a poder ser, sin hijos, sin cargas familiares; con los estudios requeridos pero con experiencia en el sector… y podríamos seguir añadiendo cualidades hasta el infinito dependiendo de las empresas. Y no es que las empresas prefieran contratar a hombres, pienso que hay un problema de mentalidad. Desgraciadamente hay muchos hombres que no terminan de aceptar el hecho de ser dirigidos por una mujer. Por supuesto, nunca lo reconocerán públicamente.
Para poner un ejemplo concreto, ¿cuántas mujeres hay que sean directoras de hotel en Santiago de Compostela? ¿Cuántos hombres directores de hotel hay en Santiago de Compostela? Por tanto compañeros “hombres”, que no os extrañe si algún día tenéis una “jefa” que sea muy exigente y demasiado recta, porque muchas veces para mantenerse en el cargo y hacer que la respeten debe tener una actitud fría y distante.