Recuerdo el día en que leí los títulos de algunos de los capítulos de este libro: “Galicia é unha nai velliña”, “Las mujeres que llevaban el mundo en la cabeza” o “Éche unha agra aberta”.
Su autor, Fernando Cabeza Quiles, las había compartido en sus redes sociales días después de su salida al mercado (2022). Me llegaron tanto al corazón que compré el libro, esa obra que contiene un óleo de Luis Seoane como imagen de portada. Cuando lo tuve entre mis manos, creí poseer una reliquia por su característica textura… y llamaba a tratarlo como tal, con sumo cuidado y en custodia. Eso hice.
Con ansia comencé los primeros capítulos… emocionada y sorprendida de que hubiese tantísima información desconocida para mí… Que como buena gallega que me considero, creía tener conocimiento suficiente sobre esta mi patria… ¡Más no era así!
Sorprendida, muy sorprendida con lo que leía, recordaba el resumen del libro que contiene estas palabras: “(…) trata de redefinir y dignificar la idea que se tiene de Galicia y de los gallegos…” Con esta publicación el autor quiere “ayudar a que Galicia sea revisada, visible y respetada”. ¡Qué fuerte! Había pensado antes de empezar con la lectura del libro…
De la dulce melodía de los primeros capítulos… a la cruel, oscura y dolorosa realidad de los siguientes…
En las primeras páginas el autor nos recuerda lo mágico que es nuestra matria Galicia desde tiempos ancestrales… Resonaron en mí palabras y expresiones como: la vejez geológica, Callaecia – Gallaecia, las “aureanas” celtas, mariscadoras, porteadoras, el matriarcado neolítico; refiere el autor sobre el «espíritu gallego perpetuado a través de los tiempos» y de la «antigüedad de la cultural espiritual»… ¡Suspiros!
Entendía el objetivo del libro, cuanto más me adentraba en su lectura… Esta reliquia se fue de paseo a muchos lugares conmigo… siempre a mano para poder cogerla y continuar su lectura. Pausada, para comprender cada palabra… y poder digerir el contenido de sus páginas. El realismo con que está escrito y saber su certeza, se me hacía cuesta arriba en algunos días en los que estuve especialmente sensible. Leer sobre el oficio de las amas de cría, la de los serenos y “aguadores” en Madrid, la historia de los niños expósitos, el trabajo de los segadores que iban a Castilla… la emigración masiva y dirigida… Palabras y frases recurrentes como humillación a Galicia, gallegofobia (¡horror!), eternos campesinos, desprecios semánticos… ¡Qué dolor esta cruel realidad…! Rosalía de Castro, Emilia Pardo Bazán, Elvira Bao, y muchos otros nombre me vinieron a la mente…
Con todo, llegué a su final, y desde este humilde blog doy las GRACIAS a su autor por dar visibilidad a esa parte oscura de la historia de Galicia, con sus gallegas y gallegos maltratadas y maltratados; esa información que en muchas ocasiones (yo la primera) preferimos barrer para debajo del felpudo y no mirar…
Fernando Cabeza Quiles se suma a la lista de los grandes “contadores de realidades” que existieron a lo largo de la historia y que el también nombra a modo de recensión a lo largo del libro.
Solamente me vienen estas palabras para cerrar este escrito, además de recomendar su lectura, por supuesto:
¡Despierta Galicia! ¡Despertad, gallegas y gallegos!