La lamprea… un ser que me apasiona desde el primer día que escuché hablar de su enigmático mundo.
A pesar de que este ser habita en el río Tambre a su paso por el Concello de Brión, tierras que me vieron nacer… nunca había escuchado hablar de la lamprea hasta que me vine a las tierras del río Ulla con los valeiros en Pontecesures, de los que hablados en varias ocasiones; y de las pesqueiras en Herbón de las que hablaré en este post.
Un río y un ser común, pero dos métodos diferentes de captura en dos territorios separados a unos metros: mientras en Pontecesures la pesca es comercial y es realizada por pescadores con métodos de pesca artesanal basados en butrones, en las pesqueiras de Herbón, la captura es deportiva y se realiza en las pesqueiras con las cangallas: las pesqueiras son estructuras de grandes bloques de piedra de diferentes tamaños situadas de un lado al otro del río; entre los bloques de piedra hay ‘corredores’ (espacios abiertos) en los que se colocan unos artilugios llamados ‘cangallas’ que son redes con las que se capturan las lampreas. El horario de captura, también es diferente. Mientras en Pontecesures la pesca ser realiza por las mañanas (el levantamiento de las redes), en Herbón se realiza por las noches de 20.00 h a 8.00 h del día siguiente. Cuanta riqueza en cultura… a tan sólo unos metros de distancia.
Vamos con la protagonista. Este ser, es uno de los seres más primitivos y menos evolucionados de los vertebrados. Con una antigüedad de unos 500 millones de años nace en el río y crece en el océano (en el que permanece unos 3 años aproximadamente) hasta que regresa al río en el que nació para reproducirse y morir. ¡Todo un enigma!: o bien levanta pasiones en algunas personas dispuestas a realizar kilómetros para poder comerla; o bien pasa totalmente desapercibida e incluso resulta desagradable para otras muchas. Cito a continuación, unas referencias de autores de la guía de Miguel Piñeiro (2008)[1] que ilustran el protagonismo de este ser a través de los tiempos ‘A lamprea é a raíña do Miño ou a princesa moura enfatizada do Ulla” (Raimundo García Domínguez – Borobó); ‘A lamprea é sagrada. A vida é sagrada. Hai que comungar con ela, e punto’.
¿Cómo os lleváis vosotros con la lamprea? Como reflexionaba hace unas semanas Begoña del Obrador de lamprea… ¿gana enemigos porque la promoción se realiza de la lamprea viva o se centra en los métodos de pesca más que en la cocina? Coincido con ella en ese aspecto. Si bien es importante y fundamental conocer la cultura de la lamprea y el trazado como alimento dentro del actual turismo gastronómico, debería realizarse dos tipos de promoción dependiendo del público objetivo. Y también es importante dirigir la lamprea a segmentos de población más joven con diferentes recetas de lamprea: en filloa rellena, pizza, croquetas, chipirones… o envasada para todo el año tal y como ofrece el Obrador de Lamprea con lamprea del Miño.
¿Qué pasaría si la primera vez que te ofrecen lamprea para degustar lo hacen con lamprea ‘camuflada’ con otros alimentos como los nombrados anteriormente? ¿Estarías dispuesto a probar por primera vez unas croquetas de lamprea, filloas o chipirones rellenos? ¿Y en pizza? Creo que hay que apostar más por recetas alternativas a la ‘bordelesa’, porque comer lamprea no es sinónimo de comer lamprea a la ‘bordelesa’ con fieles seguidores. Igualmente, sensibilizar a las personas locales y dar a conocer la cultura de la lamprea a los turistas; por ello, desde Galicia es + hablamos de #lampreaconAlma.
En las ‘III Jornadas Gastronómicas, Padrón sabor a lamprea’ tendremos la oportunidad de degustar diferentes menús por 25 euros: menús degustación con diferentes variantes, recetas tradicionales como la ‘bordelesa’ y otras recetas innovadoras.
¡Por allí nos vemos en #PadronLampreeiro!
[1] Miguel Piñeiro (2008): ‘Lampreas e Pesqueiras: Historia, artes de pesca e recetario’ Editorial Galaxia