Dos décadas sin Camilo José Cela

Finales del año 2020 y sentí la llamada de un libro que llevaba más de 3 años en la estantería… Lo tomé en mis manos como si cogiese un tesoro y lo abrí… Era el Anuario de Estudios Celianos 2016/2017.

La primera frase hizo estremecer mi cuerpo, pues no podría ser más actual…

“No perdamos la perspectiva, yo ya estoy harto de decirlo, es lo único importante”

Comencé a leer el artículo escrito por el gran experto en Camilo en José Cela y actual bibliotecario de su casa, Yvan Rodríguez Varela  y eso me guió para conectar con el corazón de este hombre… Más allá del personaje que conocemos como Premio Nobel, del autor de La Colmena… 

Llevada por un impulso interior  inexplicable con palabras… me fui a la biblioteca y cogí los libros de los que hablaba Yvan en el Anuario y que eran las “Memorias” de nuestro autor… Vaya palabra, esto de la “memoria”…

Comencé por el principio, su primer libro de memorias, el que habla de su tierra: Pedreda, Iria, Padrón, Galicia. Y cuando tuve entre mis manos el ejemplar de La Rosa de Ser o no Ser… mi corazón latía tan fuerte… que no pensaba en otra cosa más que en leer aquel recopilatorio de hojas que intuía, guardaban el alma de este ser, Camilo José Cela. 

Y eso hice… hasta que lo terminé! ¡De un tirón! Gracias Mateo por permitirlo… 

La lectura de La Rosa me dio acceso a un Cela desconocido para mí… a pesar de que ya había leído el artículo de Yvan del Anuario y también su biografía, la lectura de La Rosa abrió ante mis ojos una nueva realidad del mundo Cela. 

Su vida en Iria, en Tui, su paso por Finisterre y Costa da Morte… Pero lo que verdaderamente me hizo conectar fue el Cela niño, ese niño interior que habita dentro de nosotros hasta el fin de nuestros días en esta tierra  y que la mayor parte del tiempo permanece oculto y desatendido bajo el personaje que creamos en esta vida… Al igual que Camilo José Cela. 

Camilo fue un niño como tú, como yo…  con sus tristezas y alegrías… fue Camiliño Josesiño y tenía una mascota, su pilar que lo acompañó en el viaje de Iria a Tui: el pollo Bufariñento. Este niño, al que también lo referían como un “culo de mal asiento” vivió una una niñez que sentó las bases para el CJC adulto… Su color preferido era el verde y adoraba los vasos de leche… Cuanta información sobre este SER… 

Publico este humilde artículo hoy que se celebra el 20 aniversario de su muerte. Seguro que desde donde está nos vigila y nos guía para que este 2022 sea el año de Camilo José Cela! 

El año en el que se muestre el corazón de este Padronés tan ilustre para que las personas como tu, y como yo… conecten con este Camilo, tan (des) conocido. 

¡Viva Iria Flavia! – sus últimas  palabras en esta vida. ¡o no! ¿Quién sabe? 

Podéis visitar el lugar en el que fue enterrado y está su tumba, bajo un olivo; el lugar que seguramente habitó siempre en su corazón: Iria.

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