Y tú, gestor de destino, ¿Qué estás haciendo para adaptarte al nuevo contexto?
Creo que también los destinos deben de empezar por realizar un verdadero trabajo de introspección…
En estos días leía un artículo que relacionaba el miedo con el turismo y me llamó mucho la atención… posiblemente por el momento en el que me encuentro de integrar el desarrollo personal (tanto en mi vida personal como profesional) con el turismo.
Tal y como podéis leer en la introducción, se habla de la necesidad de tener incorporada en nuestra vida la función de esta emoción tan primaria y animal. Posiblemente fruto de los rasgos de mi ego me sentí muy identificada por este doble tema que se estaba tratando: miedo y turismo. Hasta el momento no se me había pasado por la cabeza que el turismo de masas encajaba con el perfil de ciudadano predominante de estos últimos años, y que hemos vivido en un mundo lleno de miedos… y mercantilizados por el mismo.
Hoy, por la crisis del Covid, creo que todos podemos visualizar esta emoción de miedo en su grado máximo…
Adentrándonos en el marco turístico existen numerosas posibles predicciones futuras de qué pasará en el sector; cuáles serán las nuevas pautas del viajero, su nuevo comportamiento, cómo deben adaptarse los destinos… Incluso hay un libro recopilatorio de varios académicos españoles con referencias al tema y que personalmente tengo como libro de cabecera: Turismo pos-COVID-19. Reflexiones, retos y oportunidades.
Se encuentran variables coincidentes en todas estas lecturas: será un viajero que buscará el contacto con la naturaleza en cada territorio; existirán nuevas unidades viajeras (individual, pareja o grupos muy reducidos); tendencia al slow y a valorar la sostenibilidad; se buscará el bienestar físico y mental, la desconexión para conectar ¿con quién? Y digo yo ¿no es éste el perfil que se apuntaba como tendencia ya antes del Covid19? ¿Un viajero más consciente de la realidad en la que vive?
Entonces me lleva a pensar que este viajero no es el resultado de un cambio de tendencia fruto del Covid19, sino que ya era algo incipiente que se estaba gestando y que ahora con el Covid ha salido a la luz y que casi con toda seguridad se mantendrá como una tendencia de demanda en aumento a la cual los destinos deben responder.
Y volviendo al hilo del artículo que mencionaba en las primeras líneas… ¿cuál es la emoción escondida detrás de este viajero del que se habla como tendencia? Posiblemente el salirse de los rediles, de los manuales y reglas, de lo que se supone que se debe hacer en un viaje; se escapa del exceso de organización y control… Y como se señala: la búsqueda de la LIBERTAD por encima de todas las cosas.
Por tanto, esta manera de viajar es mucho más que una tendencia de demanda… se corresponde con el nuevo perfil de ciudadano que se está gestando en la sociedad en este nuevo paradigma mundial y por tanto, turístico, que estamos empezando a vivir marcado por el autoconocimiento, la introspección, la sanación personal, la espiritualidad sin connotación religiosa… para con ello liberar, limpiar… y aumentar el nivel de consciencia individual y colectiva que llevará a tener un planeta más sostenible en todos sus sentido más amplio. ¿Estamos ante la última oportunidad de salvar nuestra Madre Tierra?
En otras palabras, la moda del turismo slow, turismo de salud y bienestar, turismo sostenible, turismo comunitario, turismo regenerativo… serán conceptos en auge. El mindfulness, meditación, yoga, la alimentación consciente, los retiros… son actividades que se deben incorporar en los destinos bajo la connotación turística; puesto que es lo que se busca en el día a día para vivir mejor, más en paz… y sin saberlo o ser conscientes… la conexión con nuestro SER.
¡Hasta el próximo latexo!
EDITADO: Y tras escribir esta reflexión, me encuentro con este artículo de un referente para mí en el mundo académico, el cual os recomiendo leer y entender. GRACIAS Una nueva narrativa para el turismo de Alfonso Vargas Sánchez.